Un logro crucial de la CMDS fue la adopción de una declaración política por parte de los Estados Miembros, que oficialmente reconoce a las cooperativas como líderes de la economía social y solidaria: no en vano, agrupan a mil millones de miembros y emplean al 10% de la población activa mundial. El documento destacó su contribución directa y esencial al ODS 8 (trabajo decente) y al ODS 1 (pobreza cero), pilares centrales de la cumbre.
Esta declaración se sumó al informe previo de 2025 del Secretario General de la ONU, que ya solicitaba políticas más sólidas para el crecimiento del sector. El anuncio de la posible resolución de la ONU para celebrar el Año Internacional de las Cooperativas cada década (a partir de 2035), compartido por Charles Katoanga (UNDESA) y Ariel Guarco (ACI), subrayó la permanencia del movimiento en la agenda global.
La sanidad cooperativa destaca en la mesa redonda
El COPAC dedicó el AIC 2025 a elevar la visibilidad del movimiento cooperativo mediante el intercambio de conocimientos y el diálogo político. Como resultado de este trabajo, se elaboró una serie de resúmenes de políticas que documentan la contribución de las cooperativas al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible con ejemplos de diversas regiones.
El impacto práctico del modelo fue debatido en una mesa redonda de líderes de cooperativas, parte del Cooperative and Mutuals 50 (CM50). Moderada por Shaun Tarbuck (ICMIF), la mesa incluyó a representantes de sectores vitales como seguros, comercio minorista, finanzas y agricultura. En este grupo influyente, el director general de la Fundació Espriu de España, Carlos Zarco, representó al sector de la sanidad. Su participación ilustró cómo el modelo cooperativo ofrece soluciones concretas en áreas críticas, destacando su relevancia más allá de la economía y dentro del bienestar social.
Los participantes en la mesa coincidieron en que el sistema cooperativo, al priorizar a las personas en el centro de la toma de decisiones, logra resultados superiores. Estos incluyen una distribución más justa de los beneficios, salarios más altos y una mayor solidez a largo plazo, haciendo del desarrollo social algo más equitativo y sostenible.
Herramientas para el futuro de la cooperación
En la antesala de la Cumbre, el 3 de noviembre de 2025, el movimiento cooperativo lanzó tres herramientas esenciales para consolidar su posición global. El Manifiesto del CM50, titulado Un contrato por una nueva economía global, fue un llamado a los responsables de políticas públicas. Este contrato urgente pide la adopción de cinco compromisos prioritarios, como el reconocimiento oficial del modelo cooperativo y su integración en las estrategias nacionales de los ODS.
Otras herramientas presentadas fueron la estrategia de la ACI 2026-2030 (“Practicar, promover y proteger”) y la edición especial del World Cooperative Monitor (WCM). Este informe reveló que las 300 principales cooperativas obtuvieron en 2023 una facturación conjunta de $2,79 billones de USD, una cifra que pone de manifiesto la inmensa capacidad económica del sector, liderada por organizaciones como Groupe Crédit Agricole (Francia) y State Farm (EE. UU.).
La clausura del Año Internacional de las Cooperativas en Doha, con el firme apoyo de la ONU y la demostración de la eficacia del modelo en sectores como la sanidad a través de voces como la de Carlos Zarco, sienta las bases para la próxima década. Este reconocimiento internacional ofrece un marco de trabajo y una responsabilidad renovada al movimiento. El reto ahora reside en traducir estos compromisos y este reconocimiento en marcos normativos más sólidos y en políticas de apoyo tangibles que permitan a las cooperativas escalar su impacto y asegurar que su visión de una economía global más justa se concrete en las comunidades de todo el mundo