Jóvenes y cooperativismo
Economía social, una palanca de cambio en el empleo juvenil
Las empresas de la economía social ofrecen mejores condiciones laborales a los jóvenes y fomentan su acceso al emprendimiento de forma colectiva
La formación en economía social sigue sin tener un peso significativo en los planes de estudio de las facultades de Economía en España. Sin embargo, cada vez existe una mayor oferta de formación especializada en este ámbito.
La formación en economía social, ante el reto de alcanzar la educación de postgrado. En la mayoría de los casos, la formación ofrecida por las universidades en los grados relacionados con estudios empresariales no aborda conocimientos especializados en economía social. Por ello, si algún profesional está interesado en formarse en este ámbito, deberá complementar su formación con algún posgrado.
La Estrategia Española de Economía Social, enmarcada en el período 2023-2027, responde al interés del Gobierno de España por fomentar la Economía Social y así incrementar su contribución al desarrollo socioeconómico. Para lograrlo, es imprescindible contar con una formación superior de calidad, que forme profesionales preparados para la economía social del siglo XXI.
De hecho, en la Línea de Actuación 11 se señala la “formación para el emprendimiento en el sistema educativo”, marcando como objetivo “ampliar la formación para el emprendimiento en economía social en los currículos educativos de la enseñanza no universitaria y en la educación universitaria”.
La formación también es clave para favorecer el relevo generacional en la economía social y atraer a las personas jóvenes, en línea con la Línea de Actuación 16 de la estrategia.
En el curso académico 2024-2025 se contabilizaron 135 acciones formativas de posgrado, 23 cátedras y 3 programas de doctorado relacionados con la Economía Social en España, según el informe La Economía Social en la Formación Universitaria de Posgrado de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES).
La formación se distribuye en distintos formatos. Mientras que algunas universidades y centros imparten cursos directamente relacionados con la Economía Social, otros ofrecen formación más específica sobre una fórmula empresarial concreta dentro de este ámbito.
En concreto, un 50,8 % de los cursos ofrece formación específica en Economía Social, mientras que el 49,2 % restante incluye asignaturas relacionadas con este modelo empresarial dentro de sus planes de estudio.
De toda la oferta, un 30,4 % corresponde a másteres propios o de formación permanente, un 20 % a másteres oficiales universitarios, un 14,1 % a diplomas de especialización y otro 14,1 % a diplomas de experto universitario.
Por comunidades autónomas, Cataluña concentra el 29,7 % de la formación en Economía Social, seguida de la Comunidad Valenciana con un 16,7 %, y Madrid con un 11,6 %.
El informe recoge la existencia de 23 cátedras promovidas por diversas universidades españolas, dedicadas a la investigación, formación y divulgación vinculadas directamente con la Economía Social.
En el último año, se han creado dos nuevas cátedras:
Para afrontar los desafíos actuales de la Economía Social, es imprescindible contar con una formación reglada en España que permita formar profesionales preparados y con visión de futuro.
Otro paso clave para que la Economía Social gane visibilidad entre los futuros profesionales sería incluirla dentro del currículo de las titulaciones universitarias relacionadas con las ciencias económicas.
En los últimos 15 años, se ha observado una tendencia creciente hacia la especialización, tecnificación y diversificación de la oferta formativa en este ámbito. Sin embargo, este incremento se ha producido principalmente en grados “relacionados con la Economía Social”, lo que contribuye a difundir el conocimiento de forma transversal.
Aunque cada vez son más las universidades y centros españoles que amplían su oferta en este campo, dicha oferta sigue siendo limitada y con margen de mejora, una debilidad que la nueva Estrategia Española de Economía Social (EES) señala expresamente.
Por ello, aún queda mucho por hacer para equilibrar el peso de la empresa tradicional con el de la economía social en el ámbito académico.